Charles Chaplin nunca necesito palabras para expresar sus sentimientos, sencillamente porque con su quinésica y lenguaje corporal fue suficiente; es decir, la posición de su cuerpo o los ángulos en dirección al público en que él se encontraba, los movimientos realizados por sus manos – brazos - cabeza, su expresión facial (con la cual demostraba emociones y diversos estados de ánimo), la forma y lo que representaba tanto su mirada como su sonrisa, etc. Todo lo anterior demuestra la versatilidad de este gran actor que nos enseño las maravillas de la comunicación no verbal.
Uno de los movimientos que más me gusto fue cuando él le estaba coqueteando a las mujeres con la que se encontraba (la del bar y la de la casa), ya que la expresión de sus ojos inmediatamente remite al espectador a alguna escena de amor o romance, además la inclinación de su cabeza hacia un lado mucho más que al otro, o toda hacia abajo, a su vez denotan una señal de nervios o de ganas de impresionar, en este caso a las mujeres.
Definitivamente Charles Chaplin fue un comediante que nunca necesito palabras, un actor que hablaba con el cuerpo.
Uno de los movimientos que más me gusto fue cuando él le estaba coqueteando a las mujeres con la que se encontraba (la del bar y la de la casa), ya que la expresión de sus ojos inmediatamente remite al espectador a alguna escena de amor o romance, además la inclinación de su cabeza hacia un lado mucho más que al otro, o toda hacia abajo, a su vez denotan una señal de nervios o de ganas de impresionar, en este caso a las mujeres.
Definitivamente Charles Chaplin fue un comediante que nunca necesito palabras, un actor que hablaba con el cuerpo.
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